Visito uno de los municipios costeros más importantes de Cantabria, situado en la costa oriental junto a una de las bahías más espectaculares del Cantábrico, el Ayuntamiento de Laredo, no siendo muy grande en extensión, 15.70 km2, sí que lo es referente a la población, 11.500 habitantes cifra, muy superada en la época veraniega. Tiene ocho núcleos de población, La Arenosa, El Callejo, Las Cárcobas, Las Casillas, Laredo, La Pesquera, Tarrueza y Villante.
Su despegue está marcado por la concesión del fuero en 1200 de manos del rey Alfonso VIII, que le otorgaba la jurisdicción para la explotación comercial de la mar, desde la canal de Galizano hasta la desembocadura del Asón. Asimismo, la villa fue escenario de dos viajes que marcan simbólicamente la España moderna: la partida en 1496 de Juana de Castilla, hija de los Reyes Católicos, a Flandes, donde se casó con Felipe de Borgoña ‘El Hermoso’, y el desembarco de su hijo, el emperador Carlos V, camino de su retiro en Yuste, sesenta años más tarde.
De su importancia en la Edad Media y Moderna da testimonio la arquitectura de la puebla vieja y el arrabal de la villa, uno de los cascos urbanos antiguos más amplios de la comunidad autónoma, declarado Conjunto Histórico en 1970. Entre los monumentos religiosos que aquí sobresalen se cuentan la iglesia de Santa María de los Ángeles; la venerable iglesia de San Martín, documentada desde el año 1068; y el convento de San Francisco. De las construcciones civiles cabe destacar la serie de casas-torre que se han conservado, entre ellas las de Gutiérrez de Rada, de Villota del Hoyo y del Condestable, así como las numerosas residencias señoriales de época moderna, como la casa de Zarauz, la de Diego Cacho de la Sierra Rivas o la de Vélez Cachupín.
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